Inmediatamente me puse en contacto con gente del foro en línea sobre implantes cocleares para pedirles consejo y conocer su experiencia.
Me llamo Heather Arnone. Tengo sesenta y tres años, y he estado casada durante cuarenta y dos años. Tengo tres hijos y cuatro nietos. Disfruto de la audición con mi implante coclear izquierdo desde marzo de 2001 y con mi implante coclear derecho desde 2014.
Mi audición se fue deteriorando progresivamente desde la adolescencia. Diez años antes de mi implante, mi audición había llegado a un punto en el que no podía mantener una conversación con nadie a menos de que estuviera frente a ellos. Me sentía cohibida por mi pérdida de audición y me dejaba el cabello largo para taparme el aparato auditivo. A diferencia de hoy, la gente en los años 70 no usaba auriculares ni audifonos. Yo era joven y me sentía señalada.
Fui ama de casa durante diecisiete años. Cuando nuestros hijos estaban a punto de ir a la universidad, quise volver a trabajar para ayudarles a pagar sus estudios. Siempre estaba revisando las páginas de anuncios de trabajo, pero no me atrevía a ponerme en contacto con los contratantes por miedo a no entenderles. Me sentía desesperada.
La decisión de someterme a un implante coclear se basó en el hecho de que quería poder volver a usar el teléfono. Quería poder hablar con mis hijos cuando estuvieran lejos de mi en la universidad. La cirugía de implante coclear fue una gran decisión para mí. Tuve que informarme no solo sobre el resultado, sino también sobre los riesgos. Fue un momento muy emocionante y emotivo. La sensación de emoción también lleva a pensamientos como: "Es demasiado bueno para ser verdad" y "¿Puedo bajar la guardia y creer que realmente volveré a oír?".
Con la decisión tomada y la cirugía a la vuelta de la esquina, tuve la última cita con mi cirujano de implantes. Fue entonces cuando estuve a punto de arrepentirme. Mi cirujano quería implantarme el oído izquierdo, que era mi mejor oído y en el que usaba el audífono. Su teoría era que el nervio auditivo de mi oído izquierdo había sido estimulado a lo largo de los años con un audífono, mientras que el derecho no.
Quería ofrecerme la mejor oportunidad posible con el implante. Lo entendía, pero al mismo tiempo no. Esperaba ser implantada en mi peor oído. Esto me permitiría oír con mi mejor oído durante el periodo de espera antes de que me activaran el implante coclear. También me permitiría oír si el implante no lograra los resultados esperados. Regresé a casa de esa cita muy confundida.
Inmediatamente me puse en contacto con gente del foro en línea sobre implantes cocleares para pedirles consejo y conocer su experiencia.
Inmediatamente me puse en contacto con gente del foro en línea sobre implantes cocleares para pedirles consejo y conocer su experiencia. Sabía que si me ponían el implante en el "oído bueno", ya no podría usar el audífono. Me preguntaba cuál sería mi destino si el implante no tenía éxito. Me quedaría totalmente sorda. ¿Estaba dispuesta a correr ese riesgo?
Tomé el tiempo necesario para considerar ambos escenarios, ya que tenía que ser mi decisión. Al final, opté por operarme el mejor oído (el izquierdo) y no tuve ninguna duda de que había tomado la decisión correcta. Quería que este implante coclear fuera un éxito. Si por alguna razón no funcionaba como esperaba, ¡al menos había hecho mi mejor esfuerzo! Estaba entusiasmada y dispuesta a seguir adelante.
Mi operación fue pan comido, aunque me desperté de la anestesia con un fuerte dolor de cabeza. El taladro quirúrgico que se usó para hacer la fisura del implante no es más grande que un taladro dental. Sin embargo, las pulsaciones que sentí en mi cabeza hizo que se sintiera más grande. Me dieron una pastilla para el dolor y me sentí mucho mejor. Volví al trabajo cinco días después de la operación.
El mundo de la audición fue toda una experiencia. Sin embargo, no estuvo exento de algunos baches en el camino. En el 2014, se descubrió que había desarrollado un colesteatoma, que es un quiste. Este quiste estaba amenazando mi implante. No tenía relación con mi implante coclear, pero mi cirujano tenía que extirparlo y, con suerte, salvaría mi implante.
Fue una intervención larga, pero satisfactoria. Incluyó la extirpación de las estructuras del oído medio y el cierre quirúrgico del conducto auditivo. El lado positivo es que el colesteatoma me llevó a implantarme el oído derecho durante la misma intervención, en caso de que el cirujano no pudiera salvar mi implante coclear izquierdo.
Actualmente tengo veintiún años desde que me implantaron en el lado izquierdo y siete en el derecho. Uso el teléfono y el celular, y también escucho la radio y disfruto de la música. Me emociona oír una canción viejita y reconocer la música y entender la letra. He superado bastante el nivel de audición con el que me habría conformado.
Me emociona oír una canción viejita y reconocer la música y entender la letra.
Siempre seré sorda. Sin embargo, con mis implantes cocleares, estoy lista para todo. Puedo oír en la oscuridad, puedo escuchar a la gente cuando habla detrás de mí. Puedo escuchar. Incluso en este nuevo y extraño mundo pandémico, con los tapabocas presentes en todos lados, ¡puedo oír y entender a la gente!
Sé que mi implante no es una solución al 100 %, pero yo diría que tiene un 95 % de éxito. Y eso me es suficiente. Me gustaría agradecer a mi otorrinolaringólogo, a mi cirujano, al equipo de implantes cocleares que trabajó tan maravillosamente conmigo y a todos los fantásticos empleados de Advanced Bionics que hacen los implantes cocleares y al programa de rehabilitación de AB que me ayudaron a escuchar. Mis implantes cocleares han cambiado mi vida de una forma maravillosa y también la de mi familia. Si decide someterse a una intervención quirúrgica para un implante coclear, no piense en los imprevistos, ¡también puede cambiar su vida!
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