Utilizaban electrodos colocados a mano en el muñón del nervio auditivo para producir sonido.
La audición es el único sentido que puede reproducirse mediante un dispositivo médico. Esto se consigue mediante la estimulación eléctrica del nervio auditivo con un dispositivo llamado implante coclear. Esta tecnología que cambia vidas ha evolucionado rápidamente desde sus humildes comienzos, en los que proporcionaba un sonido básico, hasta ayudar a las personas a vivir vidas más ricas y plenas a través de las conexiones que surgen con la conversación, la música y la risa.
Muchos de los que hemos disfrutado de una carrera en el campo de los implantes cocleares hemos tenido la oportunidad única de conocer a nuestros héroes y basarnos en su trabajo. Hemos visto cómo estos dispositivos llevaban la alegría de oír a niños y adultos, y hemos sido testigos de los beneficios de esta tecnología que cambia vidas. Inspirados por la innovación del pasado, consideramos que es nuestra responsabilidad y nuestro privilegio seguir mejorando la audición de más personas en el futuro.
La capacidad de utilizar estímulos eléctricos para producir una sensación auditiva la describió Alessandro Volta, por primera vez, a principios del siglo XIX. Pero no fue hasta 1957 cuando André Djourno y Charles Eyriès estimularon intencionalmente el nervio auditivo para proporcionar la sensación de audición a pacientes que se habían sometido a una cirugía mayor de oído en Francia. Utilizaban electrodos colocados a mano en el muñón del nervio auditivo para producir sonido. La señal eléctrica del dispositivo era capaz de producir de forma confiable la sensación de sonido, y los pacientes podían incluso diferenciar entre encendido/apagado y suave/alto. Sin embargo, los pacientes no eran capaces de diferenciar distintos tonos ni de entender el habla. Desgraciadamente, surgieron complicaciones con los dispositivos y los investigadores abandonaron el proyecto.
Utilizaban electrodos colocados a mano en el muñón del nervio auditivo para producir sonido.
En 1961, William House, un cirujano estadounidense, se enteró del experimento francés. Junto con el ingeniero Jack Urban, House desarrolló y probó el primer sistema de implante coclear. Incluía un único electrodo, colocado dentro de la cóclea, y un procesador de sonido portátil. Aunque había una serie de limitaciones asociadas a este dispositivo, los receptores podían oír sonidos y demostrar una mejora en la comprensión del habla con señales visuales. Estos resultados inspiraron a varios cirujanos, ingenieros e investigadores a explorar la posibilidad de restaurar la audición mediante estimulación eléctrica controlada dentro de la cóclea.
En los 60 años transcurridos desde que William House y Jack Urban probaron el concepto de su implante coclear monocanal, hemos asistido a una mejora rápida y continua de estos dispositivos. Los implantes cocleares se diseñan ahora con más electrodos, que estimulan distintos lugares de la cóclea y proporcionan al oyente una gama más amplia de percepciones del tono. La administración de corriente eléctrica está mucho más controlada, por lo que estos electrodos pueden trabajar juntos para proporcionar "canales virtuales" para un paso más detallado. El control preciso también ayuda a mejorar la percepción del volumen.
En la actualidad, hay receptores de implantes cocleares de edades comprendidas entre menos de 12 meses y más de 90 años.
La tecnología de implantes cocleares no solo es segura, sino que ha dado a innumerables personas la oportunidad y la confianza de participar en entornos sociales y profesionales, donde la comunicación es tan importante. Se ha pasado de la mera percepción auditiva (oír sonidos) a la expectativa de comprender el habla en situaciones auditivas complejas o ruidosas.
Los dispositivos originales solo se prescribían a adultos con pérdida auditiva profunda en ambos oídos. En la actualidad, hay receptores de implantes cocleares de edades comprendidas entre menos de 12 meses y más de 90 años. Muchos de estos receptores aún tienen algo de audición residual, pero no obtienen un beneficio significativo de los audífonos. Gracias a los avances en el diseño de electrodos y a las técnicas de control del nervio auditivo durante la cirugía, los cirujanos pueden preservar mejor la audición. Estos receptores experimentan una combinación de estimulación eléctrica a través de su implante y estimulación acústica a través de su audición natural, y son capaces de alcanzar niveles muy altos de comprensión verbal. La calidad del sonido es más completa y rica.
Al igual que el implante interno, los dispositivos externos que detectan y procesan el sonido son cada vez más pequeños y potentes. Los procesadores de sonido para IC han pasado de ser dispositivos que se llevan en el cinturón a tener un tamaño comparable al de los audífonos.
Están controlados por potentes microprocesadores que reconocen el entorno y activan y ajustan funciones para mejorar la experiencia auditiva global en distintas situaciones. Con la introducción de Bluetooth®, también se pueden emparejar con el teléfono, el ordenador u otra tableta para ofrecer una experiencia de escucha personal y privada.
Para los pacientes que no tienen audición utilizable en un oído y poca en el otro, las soluciones bimodales, que permiten oír a través de un audífono en un oído y un implante coclear en el otro, han demostrado ser más beneficiosas que el uso de un único dispositivo. Los implantes cocleares más avanzados se han puesto a la altura de la tecnología de los audífonos y presentan el mismo procesamiento de sonido y funcionalidad, lo que les permite funcionar a la perfección con audífonos compatibles, formando un par en este tipo de adaptaciones bimodales.
De cara al futuro de los implantes cocleares, cada año se invierten millones de dólares para convertirlos en una opción de tratamiento aún más potente y eficaz. Por ejemplo, cómo preservar mejor las estructuras neuronales del oído interno mediante el diseño de electrodos y cómo conseguir una audición más natural conectando en red los dispositivos que se llevan en ambos oídos. También estamos trabajando en formas de mejorar la experiencia auditiva mediante inteligencia artificial y nuevos algoritmos de procesamiento de señales, y desarrollando controles remotos basados en aplicaciones y visitas virtuales al consultorio para mejorar la experiencia del usuario.
Gracias a estas inversiones, vemos un futuro aún más brillante para los receptores de implantes cocleares. Vemos un mundo en el que oír no supone ningún esfuerzo y la gente disfruta de una vida sin limitaciones.
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